Fátima, Portugal. 2013

Mi viaje a Portugal tuvo como objetivo principal conocer el Santuario de la Virgen de Fátima a quien le debo mi nombre y de quien somos muy devotos en mi familia. 

Ir al Santuario es muy sencillo y existen muchas maneras de ir, desde Lisboa donde me encontraba yo es posible pagar un tour que incluya desde las explicaciones en el lugar, traslados y en algunos casos refrigerios y comida; también pueden alquilar un carro y activar el GPS, llegarán sin problema o incluso en tren, aunque la estación en Fátima se encuentre un poco retirada del Santuario. 

En mi caso, decidimos ir en autobús, es un viaje corto de 1 hora aproximadamente con un costo de unos 18 euros ida y vuelta, aunque también pueden conseguir promociones en distintas épocas del año. Para salir de Lisboa a Fátima sólo tendrán que ir hasta la estación de metro "Sete Rios" dentro de la línea azul del metro de Lisboa, una vez hayan llegado a Sete Rios podrán salir y encontrar la estación de autobús muy cerca, y ya sólo tendrán que comprar su boleto y esperar a salir, la estación es grande y salen autobuses regularmente no sólo a Fátima sino al resto de Portugal, incluso pueden viajar en autobús hasta España o Francia. ¿no es increíble?.

Los autobuses son muy cómodos y equipados con todo para hacer del viaje una experiencia placentera, Wi-Fi, luces individuales para cada asiento y un baño al final del autobús son parte de las características de estos autobuses. El viaje es muy lindo, es posible apreciar campos hermosos mientras transitamos por una autopista perfectamente plana con sus respectivas señalizaciones de carretera, lo bueno de hacer este viaje en autobús es que la estación de Fátima está a unas pocas cuadras del Santuario así que podrías visitarlo, pasar el día ahí y volver, también hay muchas opciones de hospedaje en distintos precios dependiendo de tus exigencias, lo mismo con la comida, nosotros decidimos quedarnos a dormir para disfrutar de todo el lugar con mayor comodidad.



Al llegar a Fátima pude darme cuenta que es pequeño y lo que abunda son los hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos, es un lugar muy lindo y tranquilo, en la época de otoño en la que fui el clima es divino durante el día y frío durante la noche, así que no olviden sus chaquetas si tienen pensado visitar Fátima en estos meses.

El Santuario no es sólo una iglesia linda y ya, ¡NO!, es un espacio enorme que incluye capillas, una basílica, una iglesia, hermosos jardines y una plaza gigante bellísima donde muchos devotos llegan de rodillas hasta la pequeña capilla donde se encuentra la imagen de la virgen, capilla que fue hecha exactamente donde fue su aparición en 1919 a los tres pastorcitos. Es una experiencia increíble estar ahí, me hizo estremecer y me dio ganas de llorar, hay una energía tan hermosa que no es fácil ponerla en palabras.

      

Hay turistas de todas partes del mundo, por eso mismo en la Capilla de las Apariciones dan misas todo el día en distintos idiomas: portugués, inglés, francés, italiano, etc; también hay un espacio dedicado a las ofrendas, principalmente las velas de todas las formas, tamaños y precios, pero lo que llamó mi atención es que en este sitio no hay ninguna persona cobrando las velas o las distintas ofrendas, tienen el precio marcado y una ranura para introducir el costo de lo que se está llevando, fue increíble ver que la gente si cumplía y pagaba exactamente lo que estaba tomando, eso me encantó y pienso que esa honestidad debería existir en todos lados y en todos los ámbitos.

Capilla de las Apariciones Santuario de Fátima, Portugal. 2013

Espacio dedicado a las ofrendas Santuario de la Virgen de Fátima, Portugal. 2013

En la Basílica es posible apreciar más a fondo el gran trabajo de arquitectura que han hecho, se trata de una Basílica hermosa por fuera y por dentro donde abundan los curiosos, los turistas y los devotos, de todos los países e idiomas, aquí además reposan los restos de los pastorcitos portugueses que en Cova de Iría en 1919 vieron a la Virgen.

Interior de la Basílica de la Virgen de Fátima, Portugal. 2013